Sobre mí

Aitana Villa

Hola, soy Aitana,

mamá de un adolescente, una bebé y una caniche gigante, apasionada por los perros y adicta a tejer con lanas bonitas.

Este año estreno los 40 volviendo a emprender.

Hace años tuve un negocio de peluquería canina y escuela para peluqueros que iba viento en popa y que me hacía muy feliz. Poder estar todo el día rodeada de perros, sin duda los seres más nobles y amorosos de la tierra, era maravilloso.

Pero la enfermedad llamó a mi puerta para quedarse. Tuve que aprender a convivir con espondilitis y fibromialgia, cerrar mi negocio y reinventarme. Por suerte soy una persona muy resilente y creo que nuestra capacidad de adaptación es brutal así que, sin miedo aunque con algo de pena, emprendí un nuevo camino.

Me dediqué unos años a la administración contable (sinceramente, era muy aburrido) mientras me adentraba en el mundo tejeril. Lo que empezó siendo una afición para dar un poco de color a una vida laboral gris, ha terminado por ser mi pasión.

Empecé con bufandas de punto bobo, salté a las mantas para bebés en colorwork y decidí dar rienda suelta a mi yo más creativo aprendiendo a diseñar chales.

En estos años de aprendizaje hubo muchas ocasiones en las que pensé que no era capaz de llevar a cabo un determinado proyecto, que era demasiado para mí. Pero con tenacidad y que a cabezona no me gana nadie, finalmente conseguía terminarlos. 

Aitana Villa 2

Tejer ha hecho que tenga más paciencia, soy capaz de gestionar mejor la frustración, tolero mejor los errores, y se ha convertido en mi momento de desconexión, ese ratito para una misma que todas necesitamos.

Creo que tejer es mostrarse amor a una misma dedicándote tiempo para hacer algo que te gusta y motiva, ese amor se entrelaza con la fibra en cada punto que damos y luego nos abraza a través de la prenda tejida. No hay día malo que un buen café con leche de arroz y un rato de tejido con lanas bonitas no mejore.

La necesidad de rodearme de color, hacer algo más creativo y no estar tantas horas delante del ordenador hizo que hace unos meses empezara a experimentar con tintes y lanas. Se abrió un mundo de creatividad infinita delante de mi y ahora me pasaría el día tiñendo.

Si algo me ha enseñado mi enfermedad es que la vida puede dar un giro de 180 grados en cualquier momento, por lo que hay que hacer lo que a uno le haga feliz.

Y a mí me hace feliz tejer, diseñar, teñir lana y, sobre todo, ayudar a otras tejedoras que se encuentran en la misma situación en la que estuve yo hace años, que tienen dificultades para tejer lo que les gusta, a ser capaces de tejer mejor, a quitarse esas barreras que les hacen creer que no pueden, a empoderarse como tejedoras para llegar a ser autónomas y no haya patrón que se les resista.

Con mi trabajo espero hacerte llegar esos patrones y lanas que te hagan disfrutar de cada puntada, pero sobre todo el apoyo y conocimiento que necesites para sentirte la tejedora capaz que eres.

Precisamente para brindarte ese apoyo que necesitas he creado el AV CLUB, un lugar exclusivo en el que poder tejer y aprender sin complejos, en el que te daré la mano cuando lo necesites para que logres volar por ti misma. y en el que, además, contarás con el apoyo de un montón de tejedoras con las mismas inquietudes que tú.